Durante mi viaje a Beijing (esquina con Shenzhen, col. "Nuevo Oriente") cabilo como siempre varias cuestiones de interés común. Horas de profunda meditación Zen me permitieron aceptar la improbable existencia de Godzilla y que la imagen de la virgen tiene patente china. Cual daño colateral, comencé a cuestionar también la existencia de los espíritus benévolos bien conocidos por los occidentales como Ángeles. Una cosa me llevó a la otra... Sin embargo, mis conclusiones jamás hicieron la esperada aparición esta vez.
Pasan los largos días y las extenuantes noches. En ningún sitio encuentro descanso para mi cuestión. Debates teológicos, textos herméticos, el show de Xuxa... ¿Y yo? Sin mi respuesta.
Sin consuelo.
Mi celular ha sonado. Ching Chau, una vieja amiga, quiere verme en uno de los misteriosos restaurantes de la colonia.
No sé como carajos le hice para tener una amiga asiática como ella. Nunca le he entendido y aseguro que ella tampoco sabe ni pedo de todo lo que le cuento, así que nos comunicamos como mimos.
He llegado al encuentro que sepa como hemos concertado y una persona "chino-parlante" se aproxima a nuestra mesa para tomar la orden. Con señas de toda clase le indiqué a Ching lo que quiero consumir. Tras una serie de ruidos de ardilla el tipo asiente y se retira tras realizar una reverencia estereotípica.
Mi amiga sonrie y saca de su reluciente bolsa blanca un celular ultra tecnológico. Con el dedo índice pide que me aproxime y me muestra un video.
Me parece muy loco lo que acabo de ver. No he comprado el cuento porque recordé una página: x.wanmei.com
Ya había visto el video anteriormente en ese portal, supuse que se trataba de una película de bajo presupuesto. En el portal aparece una mujer disfrazada de super-heroina y por lo que parece, tiene cierto acercamiento con la gente y demuestra tacto, un corazón llameante deseoso de hacer el bien a diestra y siniestra.
Pero... Ahora miro fijo a los ojos negros de Ching y comienzo a sentir que quiere hacerme entender algo: "olvídate del internet homms". Si, eso debe ser. No creo que en su intento de telepatearme halla deseado plantar una semilla de fe en mi. ¿O si?
Será que...
Carajo, llegó el sujeto a nuestra mesa de nuevo. Le acaba de servir a Ching un humeante café con crema y azucar... Frente a mi ha dejado una brocheta de rata... Fin
Pasan los largos días y las extenuantes noches. En ningún sitio encuentro descanso para mi cuestión. Debates teológicos, textos herméticos, el show de Xuxa... ¿Y yo? Sin mi respuesta.
Sin consuelo.
Mi celular ha sonado. Ching Chau, una vieja amiga, quiere verme en uno de los misteriosos restaurantes de la colonia.
No sé como carajos le hice para tener una amiga asiática como ella. Nunca le he entendido y aseguro que ella tampoco sabe ni pedo de todo lo que le cuento, así que nos comunicamos como mimos.
He llegado al encuentro que sepa como hemos concertado y una persona "chino-parlante" se aproxima a nuestra mesa para tomar la orden. Con señas de toda clase le indiqué a Ching lo que quiero consumir. Tras una serie de ruidos de ardilla el tipo asiente y se retira tras realizar una reverencia estereotípica.
Mi amiga sonrie y saca de su reluciente bolsa blanca un celular ultra tecnológico. Con el dedo índice pide que me aproxime y me muestra un video.
Me parece muy loco lo que acabo de ver. No he comprado el cuento porque recordé una página: x.wanmei.com
Ya había visto el video anteriormente en ese portal, supuse que se trataba de una película de bajo presupuesto. En el portal aparece una mujer disfrazada de super-heroina y por lo que parece, tiene cierto acercamiento con la gente y demuestra tacto, un corazón llameante deseoso de hacer el bien a diestra y siniestra.
Pero... Ahora miro fijo a los ojos negros de Ching y comienzo a sentir que quiere hacerme entender algo: "olvídate del internet homms". Si, eso debe ser. No creo que en su intento de telepatearme halla deseado plantar una semilla de fe en mi. ¿O si?
Será que...
Carajo, llegó el sujeto a nuestra mesa de nuevo. Le acaba de servir a Ching un humeante café con crema y azucar... Frente a mi ha dejado una brocheta de rata... Fin
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